Yo también hago una ficha para dar vidilla al asunto.
Nombre: Shoi
Edad: 18 años
Ubicación: Japón
Rango: Soldado/ detective
Famiglia:
Rasgos físicos: Tiene el pelo castaño y ojos marrones. Siempre esta serio y rara vez sonríe.
Es alto y flacucho.
Rasgos psicológicos:Muy solitario. Siempre anda solo. Es difícil saber en que está pensando, pues a veces habla contigo tan normal y de repente se enfurece. Suele tener cambios de humor muy fuertes y siempre analiza todo con detalle. Para él no existen los amigos, ya que uno no se puede fiar de nadie.
Historia: Shoi nació en el seno de una familia adinerada de Shinjuku, Japón. Su madre era una gran policía y su padre… bueno, se limitaba a cuidar de Shoi, por así decirlo. Siempre estaba en casa y rara vez salía a la calle.
Shoi, desde muy joven sentía mucha curiosidad hacia todo lo que le rodeaba. Por ejemplo, en la guardería, solía controlar lo que hacía la profesora, y revisar con todo detalle que todo permaneciera en su sitio. Si algún niño cogía un juguete, Shoi le delataba rápidamente. Esta actitud, provocó que los demás le ignoraran y Shoi fue encerrándose el sólo en su propio mundo.
Pasó el tiempo, y el día en que cumplió siete años, su padre le dio una amarga noticia. Su madre, había muerto. No le contó los motivos ni el por qué… sólo eso. Shoi no se dio por vencido, se negaba a creer lo que había pasado, pero su madre no aparecía.
Tres años más tarde, Shoi encontró muerto al gato del vecino. Pero, no muerto por atropello, sino por asesinato. Alguien lo había ahogado en una bolsa de plático. El joven, decidió dar con el criminal. Investigó, pregunto y recogió pistas. Todo lo apuntó en una libretita. Estaba muy ilusionado y entretenido y decidió contarle sus pesquisas a su padre… pero a él no le gusto. Enfadado le quitó la libreta y le castigó. Shoi no entendía nada. Y, cómo no, quiso saber la causa de ese comportamiento.
Como tenía calculado el tiempo en que su padre salía a comprar, (sólo salía para eso) esperó a que se fuera y entró en su cuarto, con el fin de encontrar la libreta. Pero, al abrir un cajón, se llevó una gran sorpresa. Había un montón de cartas dirigidas a él… y eran de su madre.
Shoi las leyó, su madre estaba viva, se había peleado con su padre porque era un holgazán y se había marchado por un tiempo, con el vecino. Shoi sintió rabia. Todas esas cartas se las había escondido su padre… porque sabía que Shoi se iría con ella.
Él mató al gato, ya que era el gato del vecino. Entonces, su padre llegó y le pilló in fraganti. Furioso, se lanzó hacia él, pero éste se agachó y su padre resbaló y se cayó por la ventana.
Shoi se asustó y decidió huir de allí. No quería saber nada ni de su padre, por haberlo engañado ni de su madre, por haberlo avandonado. Y desde ese momento no ha vuelto a saber nada de ellos.
Se buscó la vida y el sólo pudo sobrevivir, sin ayuda de nadie. El ser humano está hecho para vivir sólo. Es peligroso, cuando hay más gente a su lado. Con esos pensamientos, la mente de Shoi se hace más oscura.
Imagen:
Mascota: Un gato negro que habla.